19 dic 2005

el oficio de curar arte

Colaboración de Ramiro Garavito* para hartus.

Para mucha gente el término "curaduría" todavía tiene un significado enigmático cuando se lo menciona dentro del arte, y mucho más aún en el contexto artístico boliviano.
Podría decirse que el curador era en principio, alguien que cuidaba, en un sentido más o menos amplio, las exposiciones en los museos. Posteriormente, con la aparición de las nuevas obras de arte propuestas por las primeras vanguardias, las relaciones entre la práctica artística y el público se hacen más complejas y menos tradicionales, generándose nuevas maneras de comunicación, nuevas funciones, nuevos oficios, y los museos se ven obligados a modificar las condiciones espaciales y conceptuales para "guardar" y mostrar arte, así surge el museo moderno como la fractura más importante en la historia de la museología.
El curador aparece como intermediario especializado e institucional que hará posible una relación orientadora, no sólo entre las expectativas de la gente y las obras de arte, sino también entre las instituciones culturales y la producción artística.
Los curadores son en el presente, los artífices más influyentes de la interpretación y el análisis de la producción artística contemporá-nea, propiciando una lectura cohe-rente y orientadora que incluye la concepción de exposiciones y la constitución de criterios rectores para la formación de colecciones institucionales, corporativas y privadas.
En definitiva, la salud y el destino de las artes visuales parecen haber sido confiadas a los criterios curatoriales, pues estos son los que legitiman y reafirman el valor de la obra de arte y además producen un significado cultural.


Cuatro opiniones de curadores reconocidos, vertidas desde la misma práctica curatorial: Ivo Mezquita (Brasil): "El curador es un profesional que colecciona pedazos, fragmentos de mundos nuevos, que reúne partes de universos particulares... que organiza conjuntos de significantes desordenados, estableciendo direcciones y marcadores para elaborar los mapas del arte contemporáneo... no revela sentido, sino que lo crea". Andreas Huyssen (Ale-mania): "Curar, en nuestros días, significa movilizar colecciones, ponerlas en movimiento, dentro de las paredes del museo... así como también en las cabezas de los espectadores".
Achile Bonito Oliva (Italia): el curador "... debe enfrentar una nueva clase de público no especializado, instantáneo, intercultural, transnacional. Es allí donde el curador o la curaduría se constituyen en una actividad de traducción, de readecuación de contenidos especializados".
María Luz Cárdenas (Venezuela): "Un curador es la persona bajo cuya responsabilidad está el cuidado de exposiciones o colecciones. Es quien atiende, orienta, define y conduce sus lineamientos teóricos, conceptuales e ideológicos, y es quien garantiza la coherencia, claridad y definición visual del montaje".


En Bolivia, el oficio de curador no está institucionalmente establecido. Las pocas personas que ejercen la función de curadores lo hacen de modo eventual y casi siempre al margen de las instituciones oficiales. Esta situación está, por supuesto, en relación al particular desarrollo artístico que ha habido en nuestro país.
Mientras en la mayor parte de los países latinoamericanos la práctica artística asumía los cambios de la modernidad, en Bolivia, seguían vigentes en general, los conceptos académicos de la Europa del siglo XIX.
En consecuencia, no hubo la necesidad de cambiar, ni los espacios ni los conceptos museísticos o galerísticos.
Sólo en los últimos años y debido a fenómenos de integración y compromisos con la comunidad artística internacional se han improvisado funciones curatoriales específicas de carácter circunstancial.
Hay indicios concretos de que esto irá cambiando, lo cual tiene que ver sin duda, con el proceso de transición que vive el arte boliviano, de hecho, el I Concurso de Arte Contemporáneo auspiciado por la Alcaldía de Cochabamba contó con una curaduría por primera vez en la historia de los concursos de arte de Bolivia. También la bienal del Salón Internacional de Arte (SIART) con sede en La Paz, prevé una asistencia curatorial, pero todavía ningún museo, institución cultural o galería, tiene en la planta permanente de su personal el cargo oficial de curador.
La importancia de la figura del curador está relacionada indudablemente, con las características específicas del arte contemporáneo en su relación con el mundo actual.
Sería pertinente asimilar a tiempo lo que sucede fuera de nuestras fronteras, y analizar los riesgos que suele implicar actualmente el poder del curador.
Si bien son los curadores quienes suelen articular las nuevas vías de comprensión del arte actual, son los artistas quienes crean y revolucionan los patrones de sensibilidad. Entonces es necesario un diálogo permanente que implique la definición del rol de cada uno. Por otra parte, es necesario establecer un límite entre las exposiciones en las que las obras se convierten en objetos de una instalación –bajo la idea del curador–, y aquellas exposiciones donde la presencia del curador se disuelve permitiendo que cada artista y su obra puedan apreciarse individualmente.

* Artista y profesor en Historia del Arte.